Entre usted y el reino de los cielos está el reino del infierno. Si usted no es violento para alcanzar el reino de los cielos, tendrá que cruzar por el reino del infierno y no alcanzará llegar a Dios.
Esta es la más pura verdad sobre la salvación de ALMA.
Dijo Jesús: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.”
Muchos desearon haber entrado al reino de Dios pero no tuvieron el valor de abandonar sus deseos carnales, placeres mundanos, la mentira, el egoísmo, la religión, el orgullo.
Otros dijeron que en otra oportunidad buscarían cuidar de su lado espiritual con Dios, pero la muerte les llegó de sorpresa como siempre suele suceder.
Algunos aun se burlan, critican, nos persiguen, nos llaman de ladrones, de tontos.
Pero tuvimos valor para abandonar la mentira, la hipocresía, la vida de apariencia, la religión, aprendimos a perdonar, a usar nuestra inteligencia, así dejamos de ser manipulados por un sistema y hoy podemos decir que realmente tenemos PAZ, y además de la paz hemos conquistado una vida de calidad porque las promesas de Dios se cumplen. “Si PERMANECÉIS EN MÍ, Y MIS PALABRAS PERMANECEN EN USTEDES, PEDID TODO LO QUE QUERÉIS, Y OS SERÁ HECHO.” Jn 15:7
He cobrado de Dios esta promesa. Fíjese, si usted aun vive y está leyendo este mensaje y no está venciendo aquí en sus luchas terrenas, es porque usted aun no ha alcanzado el Reino de Dios, NO SE ENGAÑE. Busque al DIOS de la Biblia, al DIOS Vivo, practique su FE con violencia, indignación, enojo y EL le dará grandes victorias en este mundo. Está escrito: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” Mt 11:12 No es fácil, yo mismo puedo decir eso, pero he vencido.
Nuestro Señor Jesucristo también era un indignado, El no aceptaba la hipocresía, la falsedad de los sacerdotes, la idolatría, la religión, y El venció y nos dejó este ejemplo a seguir.
Piense ahora como está su vida y luche con todas sus fuerzas para alcanzar el reino de los cielos.